El Bambú podría ayudar a paliar el impacto del cambio climático

El bambú crece a razón de cinco centímetros por día y gracias a su estructura química puede procesar más dióxido de carbono que otras plantas, dice el arquitecto José Luis Reque, quien propone que esta especie vegetal sea considerada para paliar el impacto de los gases de efecto invernadero.

Reque trabaja en el Instituto de Investigación de Arquitectura de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), desde donde propone un “plan b” para enfrentar el calentamiento global con bambú, por su alta capacidad de absorber dióxido de carbono. El arquitecto fue expositor en el IV Simposio sobre Cambios Globales, que se realizó en la ciudad de La Paz del 30 de septiembre al 1 de octubre.

La especie vegetal es utilizada en el mundo en unos 5.000 productos que van desde artesanías hasta calaminas, pasando por los biocombustibles. Reque dice que entre sus características están que su resistencia no depende de la calidad del aserrado o tipo de corte, no puede ser inmunizado, no se puede torcer, puede rajarse si no se utiliza un horno adecuado para su secado y, finalmente, no puede estandarizarse como el caso de la madera.

La planta “es una máquina termodinámica de la naturaleza”. Eso quiere decir que consume poca energía, y tiene un potencial alto de reproducción. El recurso está diseminado en todo el país, puede encontrarse desde Tarija hasta Pando, y en este último departamento existen cerca de 180 kilómetros cuadrados donde crece libremente.

El bambú puede desarrollar hasta 2 metros de altura en seis meses, y tiene un alto rendimiento por hectárea. A los cinco años de vida ya puede ser utilizado en la construcción, artesanías o la industria.

“Para producir bambú, la naturaleza requiere cincuenta veces menos de energía que la que el ser humano necesita para hacer acero”, dice Reque, quien insiste en que el correcto manejo de los bosques y suelos es la forma más barata para reducir los gases de efecto invernadero, y en este contexto el bambú puede devolverle oxígeno a la atmósfera por “prácticamente nada”.

El bambú es un procesador de dióxido de carbono más eficiente que los árboles tropicales, y puede ser un recurso sustituto de la madera. Por eso es que José Luis Reque cree que se puede empezar por proyectos de vivienda social para combatir el cambio climático de manera eficiente.

FUENTE: http://www.pieb.com.bo/nota.php?idn=5269
viernes 08 de octubre de 2010

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