Cuando el Tejido Habla (I Parte)

Gloria Villarroel Salgueiro (Antropóloga)

Introducción

Este es un trabajo que presenta los diferentes aspectos y directrices que puede tomar el pensamiento andino desde la perspectiva de la dualidad andina, y la complementariedad presentes hasta en la mas mínima expresión de la cultura de esta región.

Se conoce una gama de estudios a cerca de este tema también en relación al textil el cual no escapa a esta lógica, autores como Teresa Gisbert, Waldo Jordán, Denise Arnold, Gail Silverman y otros han visto al textil desde distintas perspectivas llegando a emitir aportes significativos a la investigación social.

Pero mientras mas se investiga mas posibilidades se abren para la investigación, aspecto positivo ya que el conocimiento acerca de la historia andina que es bastante extensa no por los periodos históricos que abarca sino por los saberes y conocimientos que deben ser redescubiertos pueden aportar al fortalecimiento de la identidad andina que aglomera distintas culturas cuyo eje común es la historia que los une y se convierte en la referencia para la recreación de las culturas aymara y quechua en un ámbito que cada vez inculca valores extranjeros y vacíos a una población con una riqueza cultural que pervive.

Cuánto camino se ha recorrido?

En cuanto a los estudios realizados a cerca del textil andino y las diferentes perspectivas que le han sido otorgadas y los estudios sobre la interpretación textil, este (el textil) se ha convertido en un elemento cargado de significados; las investigadoras Teresa Gisbert, Silvia Arce y Martha Cajias han desarrollado una clasificación de estilos textiles y técnicas de tejido para hacer ver que cada población posee una identidad que puede ser reconocida a través del textil [1] . Otro trabajo que sigue esta línea es la de Waldo Jordán Zelaya, quien reconoce que los textiles de Charazani contemplan un mensaje emblemático de identidad clara que representan las tejedoras de ese lugar.

Por otro lado Verónica Cereceda ha descubierto las relaciones históricas vivas en los costales de Isluga cuyo uso del color conlleva la convivencia de tiempos históricos y míticos [2]; el caso de Gail Silverman quien en los textiles de Q’ero de Perú se han concebido una forma de gravar los productos producidos en el lugar, así mismo ha interpretado la manera cómo los Q’ero han podido plasmar su historia mítica [3]; el caso de Denise Arnold que también reconoce en el textil un instrumento esencial participativo de las actividades rituales de producción de la papa, en la región de Omasuyus [4] , y la construcción de la casa qaqachaca en el departamento de Oruro, aspectos íntimamente relacionados a la vida cotidiana de la sociedad aymara. Ambas Gail Silverman y Denise Arnold han planteado que en el textil se encuentra también la expresión del cuerpo por tanto el textil conlleva términos que hacen alusión al cuerpo de una persona que se construye en el telar.

Por otro lado se tiene el trabajo de Lindsey Crickmay que busca, encontrar en el tejido las relaciones terminológicas que identifican al hombre y a la mujer, este es un estudio que toma la terminología elaborada por los cronistas Holguin, Bertonio, Santo Tomás, y Anónimo, relaciona las designaciones de los bordes del tejido para hacer una analogía con la terminología del genero [5].

Todos estos trabajos permiten ampliar el conocimiento de la ciencia social pero sobre todo alimentar las bases identitarias del habitante andino aymara y quechua.

Análisis Histórico del Arte Textil

El estudio de retrospectivo de la aparición del tejido se ha dividido en periodos históricos que aclaran los cambios que se sucedieron en el textil a nivel material, utilitario y en su contenido simbólico y social.

Comienza con el Período Arcaico entre el 6.000 y 1.000 a.C. con las técnicas del torzal y la amarra con que los pueblos recolectores y cazadores confeccionaban faldines, bolsas y esteras.

Ya en el Período Formativo (1.000 a.C. y 500 d. C.) se utilizaba el telar que junto con la agricultura y la producción de cerámica se iba convirtiendo en una especialización, las culturas representativas de este periodo son Chavin y Paracas. Chavin con una iconografía compuestas primordialmente por cabezas de puma y víbora en una sola representación encontrándose en los diseños de Paracas representaciones similares con figuras zoomorfas de cuyas bocas salen figuras que se asemejan a serpientes. (figura 1)

En el Período Medio (500 – 1000 d.C.) se encuentran culturas como Tiwanaku y Nazca introduciendo al textil complejos motivos iconográficos geométricos y antropomorfos. En la cultura Nazca
en cuyas representaciones se encuentran serpientes bicéfalas y algunas con cabezas de puma. En cambio con Tiwanaku se puede apreciar figuras de rostros humanos antropomorfos e iconográfica de cabezas de peces, pumas y cóndores. (figura 2)

Con el Período Intermedio Tardío (1000 – 1470 d.C.) entre el desarrollo del Imperio Wari, la posterior desaparición de Tiwanaku y el asentamiento de los señoríos aymaras, los textiles continúan siendo enriquecidos con representaciones zoomorfas de llamas, serpientes, pumas y la simetría en el tejido es mas notorio entre el uso de la pampa, las listas, y la salta. Las figuras de los textiles se diversifican tomando el principio de las figuras geométricas como la cruz cuadra y sobre todo la representación del mundo circundante ya que se puede apreciar figuras de llamas, aves silvestres, flora y otros.

El Período Tardío (1400 – 1500 d. C.) tiene que ver con el imperio incaico y su extensión territorial entre puna, valle y costa , en este período de tiempo el textil se convierte en el instrumento de intercambio económico y adquisición de prestigio, así mismo la existencia de grupos sociales especializados en la producción textil como los cumbicamayos y las ajllas o ñustas que engrandecen la creación del textil cumbi que era el tejido fino que era destinado a la elite inca, debido a su importancia el textil también se convierte en el medio de pago de tributo que continua con la invasión española en 1532 con la instauración de los obrajes donde muchos indios e indias murieron por enfermedad a causa del exceso de trabajo.

Los obrajes que fueron las empresas industriales de elaboración textil eran impulsadas por un lado por indios e indias endeudados y por otro lado a causa del establecimiento de la encomienda.

Pero en las comunidades donde el kuraka organizaba la mano de obra para trabajos agrícolas, la mita y los obrajes se encargaban también de reclutar esclavos para tejer telas de algodón y lana para entregar al comerciante español.

Tantas vejaciones sufridas en los trabajos forzados en la mita, en el trabajo agrícola y textil quedan en la memoria de aquellos que conocen la historia real de los sucesos acontecidos con los pueblos indígenas que ahora reclaman sus derechos y aquellos que han sido conseguidos solo quedan en el papel.


[1] “En el altiplano andino aparecen varios estilos textiles reminiscencia de tiempos pasados que tenemos que remontar a diversos momentos históricos. Son la expresión tangible de una cultura que se resiste a desaparecer y que da testimonio de un mundo diferente del occidental.

Cada uno de estos estilos responde a grupos étnicos determinados, algunos son detectables y se conservan hasta hoy con bastante pureza; otras reflejan diversas influencias, desde la incaica hasta la occidental de nuestro tiempo, pasando por la influencia hispana. En todo caso, no s dan un interesante estratigrafía cultural a través de la cual podemos recuperar una identidad” (Gisbert. 1983: 4)

[2] Verónica Cereceda compara su análisis textil sobre los colores negro y blanco, luz y penumbra con el vestuario de los Chipaya “…. se refiere a un continuo uniforme que nos recuerda la percepción disminuida de la época sin sol. Y mas aun, como adjetivo puede evocar debidamente a aquellos grupos considerados como k’ita o sallka (sic). Estableciendo a través de su sinónimo, un parentesco con la humanidad anterior. (Cereceda. 1990: 93-94)

[3] Gail Silverman corrobora que “…. a través de los colores y del grosor de los hilos y franjas, los Q’eros clasifican los tipos de maíz, de papas, además de registrar los lagos según sus colores, los suelos y tierras y son la base para la clasificación de objetos, productos agrícolas y animales. (Silverman. 1994:19)

[4] Así sus entrevistados como Manuel Mamani dice : “…. la Mama Trama (textil) es la tierra misma, que la gente es como el telar y que los productos son como el caito que va de un lado al otro en el tejido .” (Arnold. 1996:375)

[5] Crickmay en su estudio sobre la terminología de los bordes encuentra que “…. cuando los términos se aplican al borde de un tejido de genero específico como cuando refieren a aspectos diferentes del mismo borde, los elementos masculinos y femeninos son representados de igual manera”. (Arnold. 1997:545)

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