M. Sc. Gloria Villarroel Salgueiro

Los roles de género son socialmente aprendidos, se forman y perpetúan generacionalmente. Se establecen bajo normas muchas veces estrictas. Así se construyen las masculinidades y las feminidades, ellas afectan e influyen en la concepción de la vida.

Estos rasgos de la masculinidad se han categorizado como indicadores de comportamiento, algunos se reproducen cotidianamente, otros se expresan con mayor fuerza en situaciones relevantes de la vida social. Estos indicadores de comportamiento influyen en nuestras relaciones y en la forma en que nos percibimos a nosotros mismos y a los demás.

¿Cómo se aprende la masculinidad dominante? Indicadores sociales

Se desarrolla los rasgos de control y superioridad masculina que se manifiestan y son ejercidos en el cotidiano, unos son ejercidos desde la persona, los hombres y otros por la sociedad como mandatos tradicionales.

La autoridad masculina, los jefes de familia.

La importancia del rol de los abuelos y los padres varones en algunas familias les otorga mayor importancia y privilegios. Sus decisiones son respetadas y realizadas sin discusión. Su presencia a veces es temida en la casa y era impensable disgustarlos por las reprimendas muchas veces violentas. Los hombres tienen el rol de dirigir la familia como jefes de hogar, si el padre muere esta figura pasa al hijo varón. Es el jefe de hogar aun cuando no desempeña su rol de proveedor.

Las frases recurrentes son:

A mí en mi casa me respetan.
Sigue eso de que vas borracho y le pegas a tu mujer y eres más hombre.
En mi casa se hace lo que yo digo.
La mamá cuida, el hombre corrige.

El Hombre proveedor

Cuando un hombre se casa y forma una familia, se considera que su principal rol es proveer. Él trabaja para mantener a su familia y es el único que puede hacerlo.

Las frases recurrentes son:

Trabajo de sol a sol para llevar el sustento a la casa.
Mientras yo sea el que traiga la comida a la casa, tú tienes que cumplir con lo que yo digo.

El “Don” masculino para las relaciones sociales.

Se cree que sólo el hombre es un ser social. Su desenvolvimiento es posible el espacio externo, fuera de la casa. Tiene el “don” de relacionarse y expresarse mejor en el ámbito laboral o tener amplias interacciones sociales que ocurren fuera del hogar.

Las frases recurrentes son:

Los hombres no cocinan, no limpian, no pueden cuidar a los niños.
Los hombres no entran a la cocina, no lavan platos.
No me gusta que mi mujer salga a la calle, porque puede hacerse de amigas que me le pueden dar malos consejos.

Machismo y masculinidad

Esta ideología dicta y enseña a los niños una forma de ser hombres. Se les consigna a reproducir las jerarquías tradicionales de superioridad. Lo contrario enfrentará dificultades sociales o rechazo social. Se espera que los hombres se adhieran a este rol, ya que se cree que los hace superiores o más valorados en la sociedad. Es importante destacar que el machismo también afecta a los propios hombres.

Las frases recurrentes son:

Tenemos que demostrar que somos hombres
No lloro. Llorar es de mujeres, y yo no soy maricón
Ser hombre es no dejarse de nadie

Misoginia sistemática

Considera a las mujeres como seres inferiores y promueve la idea de que deben obedecer a los hombres y ser tratadas como propiedad. Se considera que las mujeres tienen habilidades, inteligencia menor. Esta creencia alimenta la discriminación de género, limitando las oportunidades y derechos de las mujeres en áreas como el trabajo, la educación y la participación política. Además, la misoginia reduce a las mujeres a objetos sexuales y ejerce un control sobre sus vidas, negando su humanidad y dignidad.

Las frases recurrentes son:

Agradezco a Dios que tenga hijos varones porque las mujeres sufren
¿Por qué tienen las mujeres que meterse en asuntos de hombres?

Prejuicio Homofóbico

Suele manifestarse a través de actitudes de desprecio, odio o aversión hacia las personas LGBT+. La homofobia puede desencadenar actos de violencia física, acoso verbal o intimidación, incluyendo agresiones físicas, discursos de odio, acoso en línea y bullying en entornos escolares o laborales. A menudo, estas actitudes se originan en creencias erróneas sobre la homosexualidad, como la idea de que es una enfermedad o un pecado.

Las frases recurrentes son:

Los hombres no pueden tener ninguna característica de las mujeres
Dios ha creado a la mujer y al hombre

La sexualidad y la prueba de virilidad

La expectativa de que los hombres sean sexualmente activos y dominantes, los lleva a la presión de tener relaciones sexuales pronto. Esto puede derivarse de conceptos arraigados de masculinidad que valoran la virilidad y la capacidad sexual como indicadores de valía ante los demás. Por el contrario, la falta de experiencia sexual a una edad determinada puede considerarse vergonzosa. La sexualidad masculina se ve como un indicador de estatus o éxito, lo que refuerza la idea de que los hombres deben tener relaciones sexuales pronto para ser considerados “normales” o “exitosos”.

Las frases recurrentes son:

A los hombres se perdona la infidelidad, pero la mujer es una libertina
El hombre es fuerte, tienen muchas chicas, juega fútbol.
¡Es viernes de soltero!
Ser cholero es bien

Servicio militar

Muchos jóvenes lo ven como un rito de paso hacia la masculinidad, donde se valora la fuerza física, la obediencia jerárquica y el valor. Esto refuerza una noción de masculinidad asociada a la violencia y la autoridad militar, capaz de manejar armas, siendo resistente y mostrando falta de emociones. Al culminar el servicio, son considerados como personas independientes, capaces de valerse por sí mismas.

Las frases recurrentes son:

Te da la experiencia para independizarte
Si has ido al cuartel ya eres hombre

Estereotipos de género en los medios

Se manifiesta a través de la denigración o discriminación hacia las mujeres, ya sea por individuos, grupos o en medios de comunicación a través del marketing y la publicidad. Se observa en canciones y anuncios que tratan el cuerpo femenino como un objeto. Es el uso del lenguaje sexista y se distribuye por los medios de comunicación.

Las frases recurrentes son:

Qué buena está.
Es un bombón, está para comérsela.
Tiene un cuerpo 10, tiene un cuerpo de modelo.
La mujer es solo para mirar, no para pensar.
La mujer debe estar siempre arreglada y perfecta.

La pedagogía tradicional

Gran parte del sistema educativo, desde el comenzando en el nivel inicial hasta la universitaria, está influenciado por conceptos y métodos de enseñanza patriarcales. Estos enfoques pedagógicos están diseñados para reproducir miembros de la sociedad en un sistema de clases sociales diferenciadas, favoreciendo a las élites dominantes y perpetuando la desigualdad social entre géneros.

Estas son algunas imágenes de la pedagogía patriarcal:

• Los libros de texto, materiales didácticos y recursos educativos a menudo reflejan estereotipos de género y roles tradicionales, como imágenes que muestran a hombres en roles de liderazgo y mujeres en roles domésticos.
• Los hombres más propensos a tomar la palabra, hacer preguntas y liderar discusiones, mientras que las mujeres pueden ser más propensas a permanecerse en segundo plano.
• Énfasis en habilidades «masculinas en la resolución de problemas técnicos o el liderazgo.

Estereotipos en la música

Muchos productos culturales reflejan valores patriarcales y machistas, como la música ranchera mexicana o las coplas de carnavales. Las letras de las canciones pueden glorificar la masculinidad agresiva, la dominación sobre las mujeres o la objetificación sexual de ellas. Algunos géneros musicales pueden promover estereotipos de género rígidos y roles tradicionales, donde se espera que los hombres sean dominantes y las mujeres sumisas.

Las frases de este tipo de música son:

De Maluma, la canción “Cuatro Babys”, dice: “Estoy enamorado de cuatro babys / Siempre me dan lo que quiero / Chingan cuando yo les digo / Ninguna me pone pero”

De Anuel AA, la canción “Ella Quiere Beber”, dice: “Ella quiere beber, quiere beber, quiere beber, ¡ay! / ¡Ella está pa’ mí y pa’ nadie más!”

La canción “Te Boté” interpretada por Casper, Nio García, Darell, Nicky Jam, Bad Bunny, Ozuna, dice: “Y te boté / Yo te di banda y te solté / Pa’ que yo nunca te llame / Pa’ que con otro tú sufras en la calle”

Manifestaciones públicas y fiestas

Muchas manifestaciones públicas, como desfiles escolares, bailes y comparsas, exhiben el cuerpo de la mujer de manera cosificada, tratándola como un objeto sexual. Estas manifestaciones refuerzan estereotipos de género que perpetúan la idea de que el valor de la mujer radica en su apariencia física. Reducen a las mujeres a objetos de deseo y contribuyen a su objetivación y explotación sexual.

Las fiestas de niños y adolescentes refuerzan roles de género al organizar actividades diferentes para cada género. A los niños se les relaciona con superhéroes y deportes, mientras que a las niñas se les asocia con princesas y juegos domésticos. Las fiestas de 15 años, tanto de mujeres como de varones, marcan su presentación en sociedad, dejan de ser niños o niñas. Los símbolos utilizados en estas fiestas replican lo que se espera de su rol.

Las frases recurrentes son:

Tienes 15 años ya eres mujer, en la fiesta cambiaré tus tenis por tacones.
Los hombres con traje, las mujeres con vestidos.
Los adornos del salón para mujer rosado y para hombres azul.
Que polleras tan chiquitas, ya no dejan a la imaginación.

Los roles laborales desiguales

La división de roles de género en el trabajo suele ser desfavorable para las mujeres, lo que sugiere que las estructuras laborales tradicionales perpetúan la desigualdad de género. Los conceptos patriarcales inherentes al sistema capitalista de explotación laboral relegan a ciertas áreas laborales a los hombres y otras a las mujeres, generalmente a cargos menores.

Las frases recurrentes son:

No esperaba que fueras tan competente, siendo mujer.
Las mujeres no son tan buenas en áreas técnicas/complejas como los hombres.
¿Quién te dejó a cargo? ¿No deberías estar en casa cuidando a tus hijos?.

Interpretaciones religiosas de sumisión

A menudo, los representantes de iglesias, religiones o creencias seleccionan pasajes de textos religiosos que pueden interpretarse como subyugantes para las mujeres, mientras ignoran otros que podrían abogar por la igualdad de género. Argumentan que las mujeres están destinadas a desempeñar roles subordinados y serviles en la sociedad y la familia, mientras que los hombres ocupan posiciones de autoridad y liderazgo.

Presentan la sexualidad femenina como algo pecaminoso o peligroso, y se responsabiliza a las mujeres por la tentación y la corrupción de los hombres. Se culpa a las mujeres por la desobediencia a las normas religiosas y se les exige adherirse a estándares de virtud y pureza más estrictos que a los hombres. Se promueve la idea de que su valor está vinculado a su castidad y sumisión.

Los indicadores de la masculinidad también pueden ser considerados como ritos de prueba de masculinidad.

• Fiestas de niños y de 15 años
• Viernes de soltero
• El licenciamiento del cuartel militar
• El hombre para la calle y la mujer para la casa
• La religión y sus normativas

Recapitulando…

Aprendimos sobre los diversos aspectos de la construcción social de género y cómo influyen en nuestras vidas. Desde la infancia, las expectativas de género se refuerzan en las fiestas y actividades diferenciadas para niños y niñas. En el ámbito laboral, las estructuras tradicionales perpetúan la desigualdad de género, dándoles roles subordinados. Además, la influencia de discursos religiosos refuerza estereotipos y normas que limitan la autonomía y libertad de las mujeres. La música, las manifestaciones públicas y otros aspectos culturales también contribuyen a la objetivación y cosificación del cuerpo de las mujeres. En resumen, estos elementos demuestran cómo las normas de género llevan a perpetuar las desigualdades y limitando oportunidades para todos. Son barreras que nos permite tener una sociedad mejor.

¿Qué medidas podemos tomar para romper estas barreras?

• En la educación, garantizar el acceso igualitario a una educación eliminando barreras como la discriminación de género, el acoso escolar y borrando las expectativas limitadas a las capacidades de las mujeres.
• Acceso de mujeres en el mercado laboral, asegurando igualdad de salarios y oportunidades de ascenso.
• Desafiar y cambiar los estereotipos de género arraigados en la sociedad
• Promover la participación activa y el liderazgo de las mujeres en todos los niveles de la sociedad y en todos los sectores.
• Implementar políticas de apoyo a la maternidad y paternidad que permitan a las mujeres y hombres equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares.
• Sensibilizar a la sociedad, promoviendo la conciencia sobre los problemas de género y la importancia de la igualdad de oportunidades desde edades tempranas, en la escuela, la familia, en las calles, en las instituciones, en todos los ámbitos de la sociedad.
• Construcción de nuevas masculinidades, motivando a los hombres al cambio. Una masculinidad positiva construye relaciones personales sin violencia.

Parte del contenido de este episodio fue elaborado con base a documentos que analizaron las masculinidades negativas como el realizado por Augusto Yañez que OXFAM reedito con el nombre “Hitos, mitos y ritos de la masculinidad predominante. Síntesis de un estudio en siete municipios de tres regiones de Bolivia”.

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Referencias

OXFAM. Hitos, mitos y ritos de la masculinidad predominante. Síntesis de un estudio en siete municipios de tres regiones de Bolivia. Primera edición, La Paz: OXFAM Bolivia 2022

Oficina de Seguimiento y Asesoría en Proyectos -OSA. San José – Costa Rica. Así aprendemos a ser hombres. Pautas para facilitadores de talleres de masculinidades en América Central. 2007

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