Domitila Barrios Cuenca – A través de la Ventana

M. Sc. Gloria Villarroel Salgueiro

Me llamo Domitila Barrios Cuenca porque cuando una se casa en Bolivia siempre lleva el apellido del marido: Chungara y yo no llevo”. Así se presentó la mayor activista social de las mujeres en Bolivia. Esta es su historia.

Tabla de contenidos

¿Quién fue Domitila?
Las organizaciones sindicales y el MNR
Tres dictadores y dos hijos
La ultima marcha
Domitila en las letras
Referencias:

¿Quién fue Domitila?

Domitila Barrios Cuenca mujer sindicalista dedicó su vida al reclamo de derechos laborales para los mineros. Ella representaba a las esposas de mineros de Pulacayo de Potosí y al Comité de Amas de Casa de Siglo XX. Su padre fue un dirigente sindical que participó en la Guerra del Chaco. A los 10 años, su madre falleció, y ella asumió la responsabilidad de cuidar a sus hermanos menores, sin dejar de estudiar en la escuela local.

Al ser secretaria Ejecutiva del Comité de Amas de Casa de Siglo XX desde 1963, organizo a las mujeres trabajadoras de las minas para afrontar las dictaduras de Víctor Paz Estenssoro, René Barrientos, Hugo Banzer Suarez y García Mesa. Los mineros tuvieron un gran protagonismo contra de las dictaduras de las décadas de 1960, 1970 y 1980.

Las organizaciones sindicales y el MNR

Fue entre los años 1956 y 1964 cuando las organizaciones de trabajadores que surgieron después de la Revolución de 1952, con la Central Obrera de Trabajadores de Bolivia, comenzaron a distanciarse del proyecto político del MNR. El primer punto de disputa y represión fue el Plan de Estabilización del gobierno en 1956, que incluía la supresión del control de los precios y las restricciones a la importación y exportación. Esto provocó un aumento en los precios de los productos y dejó los salarios sin capacidad adquisitiva, a pesar de los aumentos salariales.

En 1958, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) afirmó que «el imperialismo ha impuesto sus planes al gobierno», lo que marcó un alejamiento inminente del gobierno. Esta organización siguió sus propias directrices en defensa de los derechos laborales. Los sindicatos de Catavi y Siglo XX tenían una organización minera más sólida y cohesionada.

Las mujeres mineras siempre estuvieron lado a lado con sus esposos y el sindicato minero. Ellas reclamaron mejora de dotación de alimentos en la pulpería, mejores condiciones de salud, escuela, vivienda, agua potable, entre otros. Realizaban guardias para cuidar a los prisioneros, vigilancia para el resguardo de la sede sindical y las radioemisoras mineras.

Tres dictadores y dos hijos

Hubo eventos muy oscuros en la vida boliviana, como la denominada masacre de San Juan el 24 de junio de 1967, cuando militares asesinaron a mineros bajo el gobierno de René Barrientos. En ese período, los salarios de los mineros se redujeron, las pulperías, que eran centros de distribución de alimentos, se quedaron sin abastecimiento, se prohibió el fuero sindical y se persiguió a los dirigentes. Los mineros se reunieron en un ampliado nacional en la mina Siglo XX. Durante la noche, militares irrumpieron en la mina y el lugar de la asamblea, y murieron tanto mineros hombres como mujeres de las minas Catavi y Siglo XX.

En la dictadura de José Barrientos, muchos dirigentes sindicales fueron deportados, y se identificó a los esposos de las dirigentes mujeres del Comité. Los llevaron a Argentina, y a las mujeres las desalojaron de sus viviendas en las minas, dejándolas solas para mantener a sus hijos e hijas.

Durante la dictadura de Hugo Bánzer, que se extendió entre los años 1971 y 1978, Domitila fue encarcelada mientras estaba embarazada. Inevitablemente, su hijo nació muerto debido a las golpizas que recibió. Más tarde, perdió otro hijo cuando se refugió en una mina junto a otros para evitar la cárcel. Después de que los militares ocuparon la mina, se escondieron en el lugar, después, Domitila dio a luz a dos mellizos, lamentablemente, uno nació muerto.

Durante el régimen de Hugo Bánzer, en 1975, las Naciones Unidas nombraron ese año como el Año Internacional de la Mujer, y la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer se celebró en la ciudad de México, a la que Domitila fue invitada. El gobierno del dictador intentó evitar que saliera de Bolivia, pero ella asistió al evento y tomó la palabra para denunciar que la Carta Magna de las Naciones Unidas se aplicaba únicamente para la burguesía, mientras que Bolivia, siendo parte de la ONU, permitía la existencia de la dictadura. Como mujer obrera puso en discusión la diferencia de clases en la lucha de las mujeres. Siendo dirigente sindical, su enfoque estaba en las reivindicaciones laborales y sociales para todos los trabajadores, destacando que las reivindicaciones obreras eran en beneficio tanto de mujeres como de hombres. Hizo hincapié en que la lucha era contra la dominación económica, política y la explotación laboral.

En 1977, en el Arzobispado de La Paz, cuatro mujeres inician una huelga de hambre, para lograr amnistía para todos los presos políticos, la liberación de los detenidos y la convocatoria de elecciones presidenciales. Poco a poco, otros grupos de trabajadores instalaron piquetes de huelga en todo el país. Ante la presión social interna e internacional, se liberó a los trabajadores encarcelados.

Domitila represento a la Central Obrera Boliviana en Dinamarca Copenhague en 1980 se le encomendó denunciar el golpe de Estado de García Mesa. Domitila participaría de la Segunda Conferencia Mundial sobre la Mujer en el Decenio de las Naciones Unidas. Allí Organizo una marcha que se dirigió a la sede de la Conferencia, no abandono el activismo. A su regreso a Bolivia, no le permitieron el ingreso, fue exiliada en Suecia, viajo a varios países para denunciar los acontecimientos de violencia.

La ultima marcha

Cuando regresó a Bolivia en 1983, retomó su liderazgo y participó en la última marcha minera que partió de Oruro rumbo a La Paz. Esta marcha fue parte del movimiento minero contra el Decreto 21060, que despidió a los trabajadores de las minas, ocurrió durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro. Al perder las esperanzas de regresar a las minas, muchos trabajadores emigraron a diferentes centros urbanos.

Domitila se trasladó a Cochabamba. Después de un tiempo, junto con algunos amigos, reflexionaron sobre la idea de fundar una escuela de educación política, ya que era necesario alfabetizarse en política. Así, crearon la Escuela de Capacitación Política y Sindical, así como una Escuela Móvil en Cochabamba, donde formaron a jóvenes, en su mayoría hijos de trabajadores, con un enfoque especial en las mujeres.

En 2005, Domitila fue nominada para el Premio Nobel de la Paz. Falleció en 2012, y el Estado boliviano le otorgó la Condecoración Nacional de la Orden del Cóndor de los Andes, la más alta distinción otorgada a ciudadanos por sus servicios a la nación y a la humanidad.

Domitila en las letras

La escritora brasileña Moema Viezzer colaboró con Domitila en la elaboración de un relato sobre su vida sindical, el cual se publicó en 1975. Hoy en día, este libro es una referencia en la historia de la minería en Bolivia y los movimientos sociales, en particular de mujeres líderes como Domitila Barrios Cuenca.

Otro libro emblemático se publicó en el año 2017 con el título “Domitila Chungara: una vida en lucha de María del Carmen Garcés. La literatura creo el texto “De la Chungara que me parió, su hija de la Domitila soy” de Paloma Gutiérrez-León. Es un ensayo que toma la voz de la hija que murió durante el encarcelamiento durante la dictadura de René Barrientos. Pero el que escribió junto a David Acebey se tituló, “Aquí también, Domitila! Testimonios”, publicado en 1985.

Domitila enfrentó el machismo de su esposo, ella sostenía que la primera lucha que enfrenta una mujer es en su propia familia. Después, las batallas se libran en las organizaciones, donde las mujeres deben participar para lograr la transformación social tanto para ellas como para el pueblo. Enfrentó la discriminación en las conferencias en las que participó, en las movilizaciones por parte de los dirigentes varones e incluso de otras mujeres. Con todo ello, estableció las directrices para el liderazgo sindical femenino.

Si deseas escuchar su historia en formato de radionovela, te recomiendo escuchar el podcast ‘Domitila: La Rebeldía de las Mujeres Mineras’, para lo cual te proporciono el enlace en la página del blog.